La tecnología recombinante del
ácido desoxiribonucleico (ADN) ha permitido el desarrollo de la insulina
humana; sin embargo, esta no ha resuelto totalmente los problemas relacionados
con la inmunogenicidad, entre otros problemas. Por tanto, las nuevas tecnologías
son aplicadas para crear los análogos de insulina. Este trabajo se propone como
objetivos revisar aspectos farmacológicos y clínicos relevantes, relacionados
con los análogos de insulina, así como su utilidad en el tratamiento de la DM.
Los análogos de insulina surgen de modificaciones bioquímicas de la insulina
humana. Estas modificaciones de la molécula de insulina alteran tanto la
absorción como el inicio y la duración de la acción, lo que ofrece ventajas
sobre las insulinas convencionales. En la actualidad se dispone de tres
análogos de insulina de acción rápida: la insulina lispro, la aspártica y la
glulisina, y de tres análogos de acción prolongada: la insulina glargina,
detemir y el albulin. El albulin es el último análogo de acción prolongada
comunicado, el cual se está sometiendo actualmente a variados estudios in
vitro y en vivo.
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