Una manera de producción de
insulinas mediante ingeniería genética es el uso de plantas o animales
como productor a gran escala, se ha desarrollado una planta transgénica que
produce insulina. La hormona se obtiene de cultivos de cártamo, una planta oleaginosa
que se ha modificado genéticamente con el gen humano productor de insulina. Los
primeros ensayos con animales han demostrado que la hormona fabricada a partir
de esta planta es equivalente, desde el punto de vista químico, estructural y
funcional, a la insulina humana farmacéutica. Las pruebas también confirman que
la insulina producida en cártamo es fisiológicamente equivalente a la
hormona humana, por lo que podría ser empleada para tratar a personas con diabetes
tipo 1.
Los investigadores afirman que el uso de plantas transgénicas permitiría reducir los costes de producción de insulina en más de un 40% y acelerar su fabricación.
Los investigadores afirman que el uso de plantas transgénicas permitiría reducir los costes de producción de insulina en más de un 40% y acelerar su fabricación.
En el caso de la insulina obtenida
en animales transgénicos, ha sido obtenida recientemente empleando cabras
y ganado vacuno; produciéndose en la leche de los mismos. Estos animales
transgénicos son portadores del gen de la insulina de manera inocua,
expresándose en el tejido mamario.
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